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abril 13, 2009

disciplina eclesial en el ministerio: definiciones

Pecado sexual. Malversación financiera. Cancelación de la membresía en la iglesia. ¿Qué hacer cuando estos ataques llegan al ministerio?

He decidido escribir entradas más largas acerca de los temas que están marcando mi carrera en determinado momento. Empiezo con una serie acerca de una cuestión delicada que me ha tocado implementar recientemente: la disciplina eclesial.

¿Qué es la disciplina eclesial?

Comúnmente la frase alude al tiempo que un miembro de la congregación debe permanecer apartado de un cargo, como consecuencia [castigo] por haber sido sorprendido en pecado, o por haberlo confesado. Sin embargo, el término parece inadecuado para su uso, pues todos los cristianos debemos tener disciplina eclesial -esto es, el rasgo de carácter de actuar en forma disciplinada, ordenada, puntual, frugal, eficiente, dentro de nuestra vida cristiana. Por eso yo usaría otras frases como tiempo de restauración, o pausa en el servicio ministerial. Sin embargo, por ser un término más conocido, me referiré al proceso como disciplina eclesial -o disciplina en la iglesia.

Así , podría definir la disciplina eclesial como
un proceso de carácter privado con objetivos definidos y etapas sucesivas, a mediano o largo plazo, en el cual un miembro de la iglesia se somete voluntariamente a la intervención de miembros autorizados dentro del cuerpo de Cristo, para restaurar su vida después de haber cometido un pecado y haberse arrepentido, por el bienestar y la santidad del pecador, de su familia, y de la Iglesia.
Cada frase utilizada en este párrafo es un elemento que merece una explicación posterior detallada luego, por lo que podemos enfocarnos en una pregunta que arroja una mejor luz al respecto:

¿Qué NO es la disciplina eclesial?

No es un proceso público, ni un espectáculo para escarmiento de los posibles infractores. No es un juicio ni una acusación, ni una usurpación de las facultades de convencimiento que solo el Espíritu Santo puede tener. No daña la identidad del perpetrador, ni sus relaciones familiares o sociales. No es un proceso con un tiempo indefinido, en el cual el pecador permanecerá 'alejado' en un limbo de dudas acerca de su 'regreso'. Tampoco es un proceso cargado de miedo y culpa.

Continúa... Criterios y Pertinencia de su Aplicación

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